La – desgastada para algunos – franquicia de Rápidos y Furiosos ha llegado a una inesperada novena entrega, venciendo así a los pesimistas que decían que no seguiría triunfando dentro del cine a nivel mundial. Con ello, la saga liderada por Vin Diesel y compañía, también busca encarar y destruir al peor enemigo de la taquilla en los últimos meses: la pandemia. ¿Lo podrán lograr? Te contamos en esta review.
Rápidos y Furiosos 9 se sitúa unos meses después del final de la octava cinta, con una escena retrospectiva que nos dará contexto para el conflicto que se avecina. Si bien, la rivalidad entre hermanos Toretto (que apreciamos desde los tráilers) es contada desde estos primeros minutos, durante el desarrollo de la trama se expanden las problemáticas envueltas en un lamentable accidente automovilístico, que no spoilearé para que se sorprendan al menos un poco con los leves giros que verán en sus casi dos horas y media de duración.
La paz que reinaba en casa de Dom Toretto y Letty, además de su hijo el pequeño Brian, finalizará en cuestión por culpa de una nueva amenaza mundial que pone en peligro a toda la “familia” bien conocida de la franquicia, e involucra temas personales y cabos sueltos del pasado que el personaje de Vin Diesel buscará saldar.
Como he comentado anteriormente, Rápidos y Furiosos 9 no nos da ni un minuto de descanso y desde que comienza te envuelve en una desafiante e intensa llamarada de acción, golpes, arrancones y momentos sorprendentes que llegan hasta el espacio… literalmente. La cinta se esfuerza tanto en convencerte de lo ridícula y frenética que es, que al final de todo, terminas por sentirte insatisfecho. Como la conocida o conocido que hacen todo lo posible por caerte bien que terminan por no hacerlo, pero no por ello te caen mal; así.
No me malentiendan, yo soy fanático de la manera en la franquicia evolucionó desde el punto de los arrancones callejeros hasta las aventuras al más puro estilo de Misión Imposible, la cuestión es que en todos estos años nos han enseñado tantas y tantas cosas increíbles que para esta novena entrega parecen haberse quedado cortos.
Para los fanáticos de Rápidos y Furiosos hay un montón de guiños a películas pasadas, con el regreso de personajes conocidos que en la mayoría de ocasiones, vuelven sin ningún tipo de impacto en el espectador. Si no eres conocedor de lo vivido, difícilmente te interesará saber más sobre llos y el largometraje de Universal Pictures tampoco se esfuerza demasiado por ayudarte a entender o encariñarte con lo que estás viendo.
Las actuaciones están bien a secas, el reparto general es impresionante y hasta la calidad histriónica de John Cena es satisfactoria, sin embargo hay ocasiones en las que hay tantas personas importantes dentro del mismo cuadro que no sabes ni a quién ponerle atención, restando intensidad a momentos que requieren de ella.
Eso sí, el trabajo de la banda sonora original es épico, con melodías orquestales que acompañan a cada momento, cada pelea y cada encuentro. Donde creo yo que quedan también a deber es en las canciones con derechos, integradas mayormente por reggaeton y hip-hop, aunque vamos, superar la “danza kuduro” de la quinta parte resulta un poco complicado.
La amenaza global nuevamente hace que nuestros protagonistas se desplacen por distintos lugares del mundo y para nuestra fortuna hace gala de ciudades como Tokio, Londres, Los Angeles y muchas más que es mejor vean ustedes mismos. La calidad de efectos especiales es simplemente sublime y muy a la altura de producciones como Avengers de Marvel.
Rápidos y Furiosos 9 es una buena película que parece no querer arriesgar demasiado, repitiendo fórmulas del pasado, con personajes viejos conocidos, escenas en el pasado y una lluvia de efectos especiales sorprendentes, que se aderezan con una muy buena banda sonora. Eso sí, a mi manera de ver las cosas, Universal Pictures no logra ponerse a la altura de sus predecesoras pero aún con ello, podría apostar a que van a romper la taquilla sin problema alguno.
