Guerrilla Games es uno de los estudios second-party más importantes para PlayStation desde hace ya un par de generaciones. A pesar de que, en muchas ocasiones, sus desarrollos se han venido viendo opacados por otros títulos de la competencia, la compañía ubicada en Amsterdam destaca por la gran producción y esmero que ponen a cada uno de sus proyectos. Hoy a tres años de Killzone: Shadow Fall buscan resurgir desde sus propios ideales y nos sorprenden con Horizon: Zero Dawn. ¿En verdad es tan bueno como dicen?
Las propiedades intelectuales nuevas han jugado siempre uno de los papeles fundamentales de Sony Interactive Entertainment, y como era de esperarse, la actual generación de consolas no ha sido abandonada en este aspecto para beneficio de la industria de videojuegos y el consumidor, que día a día busca nuevas experiencias jugables en las cuales sumergirse. Horizon: Zero Dawn forma parte de esta camada y haber esperado por él valió totalmente la pena, siendo tal vez el proyecto más ambicioso de sus desarrolladores y una verdadera satisfacción audiovisual.
Luego de haber desarrollado cuatro títulos de la franquicia Killzone (Killzone, Killzone 2, Killzone 3 y Killzone: Shadow Fall) la legendaria compañía europea denota experiencia sin límites, madurez rebosante y un montón de creatividad adquirida durante estos 10 años. Lo anterior demostrado durante el desarrollo de la trama, creación de escenarios, desarrollo de personajes y hasta en el espléndido mundo orgánico que más allá de recrear parajes fotorrealistas, se inclina más por la libertad artística y sus increíbles combinaciones de colores, hacen de este mundo una fantástica coreografía de elementos que en su conjunto recrean la aventura que todos esperábamos, desde que vimos a Aloy por primera vez.
Horizon: Zero Dawn se ubica en un futuro que va más allá de lo conocido y a pesar de que muchos fanáticos se han puesto a fantasear con su relación en el universo Helghast, en ningún momento se hace referencia a ello, pero sí que encontramos ciertos guiños a obras pasadas de Guerrilla Games, como el símbolo de los ya mencionados pintado en las paredes o hasta objetos usables con nombres conocidos. La manera en que el videojuego consigue atarnos a él, es simplemente impresionante y durante las casi 30 horas de juegos se nos darán un montón de recordatorios de cómo se hace una obra de ciencia ficción interactiva, que además añade exploración sin interrupciones y épicas secuencias de acción contra las dominantes bestias robóticas que invaden nuestro mundo.
¿Quién es Aloy? Aloy es la protagonista del título, chica pelirroja que busca convertirse en el nuevo rostro de PlayStation, a la altura de grandes figuras como Crash Bandicoot, Kratos o Nathan Drake y que dentro del contexto de la aventura sufre de una situación marginada por la tribu de la que forma parte, llevándola a habitar lejos de civilización junto con Rost, su padre. Durante todo el trayecto, la misión que tendremos constará de averiguar por qué los “Nora” no nos quieren, así como encontrar a nuestra madre y por sobre todas las cosas, cómo fue que las amenazantes máquinas dominaron al mundo que recorremos, aun cuando el coste de esto conlleve descubrir otro tipo de peligros inesperados.
La historia del título constantemente enfatiza también los grandes problemas que actualmente tenemos como humanidad y es que la disputa de territorios entre las distintas comunidades dominantes formará parte del gran conflicto interno por superar, además del ya mencionado “apocalipsis” tecnológico que viviremos. Algunos artefactos, como “el foco” nos ayudarán en gran parte para entender lo que está sucediendo y así combatir la posible extinción de la humanidad, quien incrédula parece no percatarse de los riesgos que deben enfrentar y que en ocasiones parecieran dejarse en segundo plano para luego retomarse épicamente.
Descbrir todas las maravillas de este universo que Aloy habita se convertirá paulatinamente en el aderezo necesario a la ya de por sí excelente trama. Cada uno de los rincones que visitamos durante las misiones, ya sean principales o secundarias, convierten a Horizon: Zero Dawn en uno de los títulos sandbox más destacados de la última década; y no estamos exagerando, verdaderamente resulta impresionante el vislumbrar a lo lejos territorios nevados a los cuales seremos capaces de llegar, posterior a haber enfrentado a una de las bestias dentro de un bosque húmedo y lluvioso, para después galoparle a través de las áridas planicies y peligrosas cordilleras.
Guerrilla Games nuevamente demuestra con este juego que la brillantez narrativa no tiene por qué estar peleada con la belleza y el despliegue técnicos con los que siempre se superan. Y es que generación tras generación han buscado que sus obras rebasen los estándares a los que estamos acostumbrados; siguiendo esta misma línea, Horizon: Zero Dawn cuenta con algunos de los escenarios virtuales más esplendorosos, que aun sin ser los óptimos (ya que lo jugamos en una PS4 normal) consiguen dejarnos con la boca abierta en más de una ocasión y claro, tenemos por seguro que los hará utilizar el “modo fotografía” incluido de manera bastante recurrente.
Por otro lado y remarcando los grandes aciertos de Horizon: Zero Dawn, congratulamos el magistral trabajo que realizaron sus desarrolladores al entregarnos en el paquete uno de los mejores sistemas de combate que hemos visto en la historia de la consolas. Y es que, aunque Aloy pareciera ser una simple humana frágil y débil, las posibilidades con las que contamos para enfrentarnos a las distintas bestias robot resultan sorprendentes. El dispositivo que nos acompañará constantemente nos ofrecerá información relevante sobre nuestros contrincantes, como sus puntos débiles y los elementos a los que son vulnerables, como el fuego, o hielo. El intercalar entre distintos tipos de espadas, hachas, arcos, flechas y hasta lazos será fundamental para sobrevivir a las emboscadas constantes que, de no estar atentos, por seguro nos terminarán asesinando. El aprender a domar a las máquinas también nos servirá de mucho ya que estas en ocasiones nos facilitan los enfrentamientos, pero sobre todos los traslados, que sin ellas serían un tanto tardados; lo cual tampoco es un inconveniente en realidad, y mucho menos para aquellos que gustan de apreciar hasta la más mínima hoja tirada en el suelo o aquel riachuelo que suena a lo lejos.
Los elementos RPG que tiene este videojuego resultan satisfactorios al recibir experiencia por cada enfrentamiento justifyy así subiendo de nivel, con la posibilidad de acceder a nuevo y mejorado armamento que con el tiempo nos hará la vida más sencilla. Aunque no posee tantas variaciones jugables como por ejemplo, The Witcher III: Wild Hunt sí que toma prestadas algunas de las cosas que convirtieron al título de CD Projekt RED convertirse en una experiencia memorable, lo cual se ve replicado también en Horizon.