Rápidos y Furiosos 8, la familia antes que todo

Rápidos y Furiosos 8: La familia antes que todo
En conclusión:
Rápidos y Furiosos 8 es una película que cumplirá si eres fanático de la serie o si gustas de los filmes de acción. La octava entrada en la serie, en contra de los pronósticos, es la mejor de todas y si aún están dudando de acudir a verla, les recomendamos borrar esa idea de sus mentes o se perderán una de las producciones cinemáticas más impresionantes de los últimos años.
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Rápidos y Furiosos ha sido desde siempre una franquicia importante dentro del cine comercial. Desde su primera aparición en el año 2001, estas películas han venido sufriendo cambios relevantes que las mantienen dentro del gusto del público, que el pasado filme abarrotó los complejos convirtiendo a la polémica séptima entrega en una de las más exitosas de la historia. A dos años de esto llega The Fate of the Furious (Rápidos y Furiosos 8) y ante las interrogantes, busca construir las bases para una nueva trilogía. ¿Ridícula o asombrosa? Te dejamos nuestra review.

La trama de ‘Rápidos y Furiosos 8’ es simple, y aunque de inicio pareciera un tanto cliché, está tan bien contada y relacionada con el “universo” que han venido creando, que no podemos más que alabar a sus guionistas por ello. Esta historia que muestra a Dom y Letty en su luna de miel, por Cuba, inicia recordando los viejos tiempos de la serie; arrancones, música urbana, sexys señoritas y hazañas sorprendentes al volante. Todos aquellos elementos que convirtiesen a Toretto y compañía en leyenda están de vuelta para desacomodar de sus asientos a los asistentes desde sus minutos tempranos y haciendo ver que lo que les espera, seguramente logrará tenerlos al borde del asiento.

Tratando de no spoilear más, tras los acontecimientos relatados, Dominic Toretto conoce a Cipher -encarnada por Charlize Theron – quien cambiará su vida radicalmente al revelarle un secreto que le llevará a apoyarle en un malvado plan, que por consecuente obligará a nuestro protagonista a darle la espalda a su familia; pilar que desde siempre se ha visto fortalecido por la historia de la saga y que, aún en la séptima entrega, resulta fundamental ante todos los sucesos ocurridos con el personaje del fallecido Paul Walker (Brian O’Conner). Todo lo que nos habían venido diciendo sobre el amor fraternal parece desvanecerse sin explicación alguna y además de ayudar perfectamente con la intriga mental que tendrán durante todo el largometraje, también resulta en una línea argumental suficiente para las grandes dosis de acción y traición que presenciamos en las casi dos horas que esta dura. De igual manera, los giros y revelaciones que iremos descubriendo conseguirán dejarnos en shock durante momentos clave pero preferimos no hablar al respecto para que sean ustedes mismos quienes destapen los misterios que, seguramente, los tráilers y promocionales les han venido dejando en todos estos meses.

La cacería de Dom, Cipher y todo su equipo de villanos, nos transporta a locaciones increíbles del mundo entre las que encontramos Nueva York, Rusia, La Havana y algunas otras que fueron elegidas perfectamente por el director F. Gary Gray, quien gracias a sus tomas transmite toda la esencia de los parajes y aunque constantemente se enfoca en los acercamientos y expresiones de cada uno de los personajes, también capta la magia del entorno y la destrucción que cada enfrentamiento deja en ellos. Las explosiones y persecuciones están muy bien filmadas, y a pesar de ser frenéticas, nuestra atención logra ser captada siempre por lo verdaderamente importante. A pesar de que la visión de Gray es muy distinta a la de James Wan (director de Rápidos y Furiosos 7), detectamos continuidad en su trabajo, denotando la excelsa labor de producción que está detrás de todo.

Las escenas de acción son perfectas y el énfasis que le ponen a ello en personajes como Luke Hobbs (Dwayne “The Rock” Johnson) y Deckard Shaw (Jason Statham) llenará de adrenalina sus cuerpos mortales por las coreografías orquestadas de manera casi artesanal – en las peleas cuerpo a cuerpo – así como en las ridículamente llenas de momentos imposibles de creer. Ejemplo perfecto de esto es la secuencia final, en donde vemos a “The Rock” mover un misil nuclear con el poder de sus bíceps; que por cierto, es mucho más asombrosa y satisfactoria que lo que vemos en las secuencias de promoción previas. A pesar de que a muchos no ha gustado este factor en específico, son justamente esos momentos los que mantienen nuestra emoción al filo del desborde. Es verdaderamente sorprendente como una serie de películas transforma sus raíces sencillas, en estas enormes situaciones fantásticas tan exageradas. No obstante y a pesar de lo anteriormente mencionado, el CGI es demasiado evidente en ciertos puntos que en realidad no afectarán para nada su experiencia -que nosotros recomendamos sea vivida en IMAX-.

Por otro lado, la participación de los actores principales y secundarios se ve beneficiada por sus acertados comentarios que nuevamente los convertirán en entrañables personajes que no quisiéramos dejar de ver nunca y aunque el humor parece haber sido aumentado para esta ocasión, no alcanza niveles exagerados o absurdos. El regreso de celebridades actorales (y cantantes) así como la inclusión de nuevos, como Michelle Rodríguez, Scott Eastwood, Tyrese Gibson, Kurt Russel, Ludacris, Nathalie Emmanuel y la ya mencionada Charlize Theron, entre otros, consigue una integración fraternal en la que cada uno tendrá sus momentos de gloria y aunque, como fanáticos, extrañamos mucho a Paul Walker, la justificación de su ausencia y la gran participación de estos nos borrará de la mente su recuerdo por unos instantes. Esta labor de elección de casting  nuevamente rinde frutos y además de añadir factores de cariño y escenas de protagonismo para cada uno de ellos, cimienta las bases para un explosivo nuevo equipo que se ha venido reformando con el tiempo y en el que se nota el cariño, dentro y fuera de los sets de grabación. Su villana también cumple con el objetivo deseado y además de mantener a raya a Dom, transmite objetivos claros que van más allá del cliché y que, constantemente, desprenden sentimientos fríamente calculados, convirtiéndola posiblemente en la mejor que ‘Rápidos y Furiosos’ haya tenido desde su concepción.

Técnicamente la cinta es esplendorosa y como ya hemos mencionado, el trabajo de post-producción contiene los estándares del más alto octanaje (¿Entienden? Octanaje…). Los efectos especiales y fotografía de los escenarios, es en conjunto un delicado poema que satisface al que gusta de las películas de acción y también a los que buscan simplemente ver imponentes automóviles siendo destruidos en grandes cantidades, que en ocasiones hasta recuerdan a ciertas películas de súper héroes donde el bienestar de la ciudad pareciera no importar. En el apartado sonoro, Rápidos y Furiosos 8 incluye canciones reconocidas de reggaeton y hip-hop, sin descuidar algunas composiciones creadas específicamente para aderezar la proyección audiovisual. Otros apartados, como la grabación de los motores de los bólidos, disparos de armas, y las detonaciones de granadas y bombas están correctamente sincronizadas con el ambiente.

En conclusión, Rápidos y Furiosos 8 es una película que cumplirá si eres fanático de la serie o si gustas de los filmes de acción. A pesar de que las situaciones que Dominic Toretto y compañía viven para esta octava entrega parecieran ridículas, si que resultan suficientes y entrañables para una franquicia que acaba de cimentar su próxima nueva trilogía, en la que posiblemente hasta lleguemos a ver a nuestros protagonistas embarcados en grandes secuencias de acción en el espacio o hasta en compañía de Nick Fury, pero para nada es una queja. La octava entrada en la serie, en contra de los pronósticos, es la mejor de todas y si aún están dudando de acudir a verla, les recomendamos borrar esa idea de sus mentes o se perderán una de las producciones cinemáticas más impresionantes de los últimos años.