Tuvimos la oportunidad de asistir a la función de prensa de Animales Fantásticos: Los Crímenes de Grindelwald el pasado lunes y me da gusto ver que, por fin, Rowling se decidió a arreglar su universo para que no tenga cabos sueltos.
Es una película rápida, a comparación de la anterior que avanzaba muy lento, y que sirve como parte aguas de lo que veremos en las siguientes películas: el famoso enfrentamiento entre Albus Dumbledore y Gellert Grindelwald. Enfrentamiento que escuchamos en varias ocasiones a lo largo de la saga del maguito.
La película empieza 6 meses después de la anterior y después avanza 2 meses después del intro, dándole un espacio de 8 meses a Grindelwald para escapar y reunir a sus seguidores. Todo mientras vemos a un Ezra Miller empapandose del mundo mágico y buscando desesperadamente su origen.
Lo interesante del asunto es que mientras vemos a Eddie Redmayne reuniendo y alimentando a sus criaturas y teniendo concilios secretos con el Albus Dumbledore de Jude Law, vemos también como trabaja Grindelwald… Sus discursos de odio suenan muy parecidos a los de cierto individuo del tercer Reich, al punto donde manipula a los aurores para convertir su causa en una martirizada “por el maldito gobierno opresor”. Al final los giros de la misma trama llevarán a nuestros protagonistas a elegir un bando, algo con lo que se juega desde el film pasado, y desgraciadamente no todos elegirán el lado “del bien”.
Al final Animales Fantásticos: Los Crímenes de Grindelwald se convierte, para nuestro gusto, en uno de los Films más rápidos, llenos de acción y emblemáticos de la saga de Potter y más por tremendo cliffhanger al final de la película.
Como extra, destaca enormemente el performance de Johnny Depp como el mago tenebroso, mucha gente estaba en total desacuerdo pero para nuestro gusto cumple bastante bien las expectativas.