El ámbito de los videojuegos ha sido extensamente estigmatizado, desde su asociación a prácticas que inducen a actos violentos hasta decir que son actividades que cuestionan su inclusión como elemento recreativo.
También existen quienes han visto otro de los muchos beneficios que estos pueden ofrecer, tal es el caso del reciente estudio científico de la Fundación Juegaterapia en el que ha participado la cátedra del Dolor Infantil de la Universidad Rovira i Virgili (URV) de Tarragona.
De acuerdo a la investigación realizada, publicada en el Journal of Medical Internet Research, el empleo de los videojuegos en niños con tratamiento antineoplásico (quimioterapia o radioterapia) reduce hasta en un 30% el dolor derivado de mucositis.
Para introducirnos al contexto hay que tener claro algunos aspectos:
Se le llama mucositis a la inflamación de la superficie mucosa que recubre el tracto digestivo, siendo la boca, garganta y esófago las zonas más afectadas. Uno de los efectos de la quimioterapia se asocia con un cuadro de mucositis, causando un dolor intenso a los pacientes, teniendo un impacto directo a su calidad de vida, estado de ánimo y afectando la evolución futura de la enfermedad.
Para ello, son empleados analgésicos como la morfina, cuyos efectos secundarios derivan en náuseas, vómito, somnolencia, picazón y retención urinaria, y complicaciones muy graves o fatales, como depresión respiratoria.
Ante esto, se han visto métodos que puedan provocar distracción en los pacientes y colaborar en la reducción de la percepción del dolor, con ello, el empleo de tecnologías como los videojuegos electrónicos (EVG) se han visto recientemente como una buena alternativa.
Regresando al punto principal, el uso de los videojuegos como factor distractor en el ámbito clínico ya había sido utilizada anteriormente en niños con quemaduras de grado agudo así como para el manejo de la ansiedad en el proceso de venopunción, sin embargo, en el ámbito oncológico (manejando este término al ser una alternativa a un analgésico contra el dolor provocado por la musositis), no había sido considerado.
Entre otros resultados presentados destacan los siguientes:
Disminución del 20% en la dosis diaria total de morfina administrada a los pacientes. Esto es de particular importancia ya que una reducción en la dosis de morfina resultaría lógicamente en una reducción de los efectos secundarios comunes asociados a la morfina, como íleo paralítico, náuseas o vómitos y prurito.
Aumento del 14% en la actividad parasimpática, mismo que favorece la recuperación fisiológica, de esta manera, el efecto benéfico del uso de los videojuegos se extiende incluso a varias horas.
En adición al punto anterior, la percepción del dolor en el paciente se redujo en un 14%, esto fue medido con el monitor de Analgesia-Nocicepción Index (ANIR) que mide la frecuencia cardíaca y con el sistema de videopupilometría AlgiscanR. La frecuencia cardiaca y la respuesta de la dilatación de la pupila son parámetros considerados en el equilibrio del sistema simpatico-parasimpático, un desequilibrio simpático-parasimpático es causado por la presencia de un estímulo dañino que tiende a la activación simpática, influyendo en los parámetros mencionados, que son registrados en los sistemas ANI y Algiscan.
Dicho estudio queda reflejado en un emotivo documental “La quimio jugando se pasa volando” se encuentra en Amazon Prime donde los protagonistas, niños con cáncer, sus familias, el equipo médico de La Paz, encabezado por el Dr. Franciso Reinoso-Barbero, jefe de la Unidad del Dolor del Hospital Infantil La Paz de Madrid y el Dr. Mario Alonso Puig, Patrono de Honor de la Fundación Juegaterapia, hablan de su experiencia personal y científica. Además, cuenta con la colaboración especial de Alejandro Sanz que pone su voz en la narración.
La Fundación Juegateparia con esta campaña hace un llamado a la donación de consolas para hospitales pediátricos. Además, quiere con la difusión de los resultados de este estudio científico, llegar a las direcciones médicas hospitalarias para incluir a los videojuegos en los protocolos de las terapias sanitarias.