FORCE FEST, tan masivo como agridulce

Como muchos sabrán, el pasado viernes, sábado y domingo se llevó a cabo en Teotihuacán uno de los festivales open-air que más expectativas ha causado entre los fieles fanáticos del rock y metal en territorio mexicano. Un evento masivo que en las últimas horas ha causado un montón de opiniones diversas de prensa y asistentes por igual. Con grandes inconvenientes pero también increíbles momentos, aquí les comparto mi opinión al respecto del Force Fest 2018.

Si están al tanto de mis redes sociales personales, seguramente estuvieron al tanto del gran apoyo que como persona y también como organización le brindamos al festival en las pasadas semanas. Como un fanático de los géneros que aquí presenciaríamos, el poder ser parte de los Media Partner mantenía en mí una llama encendida que solamente me provocaba desear que el día llegara, y así fue. Llegando el viernes la pre-fiesta se iba a llevar a cabo bandas nacionales e internacionales de la talla de Brujería y A.S.E.S.I.N.O, además de brindarnos como asistentes un día adicional para acomodarnos apropiadamente en nuestras casas de campaña y ¡oh, sorpresa! En ese momento empezaron los problemas… Esa maldita sonrisa.

Lo primero que hicimos al llegar al recinto, previo a un retraso que sufrimos con el camión que nos llevaría hasta allí, nos dimos cuenta de que el personal encargado de orientarte tenía un montón de problemas de comunicación, sin saber por dónde serían los accesos, o dónde debías recoger las distintas pulseras que te acreditaban para entrar a una de las dos distintas zonas para acampar en el campo de golf. Para no hacer más largo el relato, la desorganización era evidente desde los primeros minutos y aunque mi fe en que las cosas mejoraran, he de decir que no fue así.

Luego de pasar frío horrible, por no llevar con quien cucharear, iniciamos el sábado – primer día oficial de Force Fest – con esperanza y muchas ganas, ya que teníamos un día cargado de entrevistas y mucha acción a través de los 5 distintos escenarios, o al menos eso creíamos. Las largas filas para la gente, problemas de comunicación debidos a la falta de recepción móvil y la poca capacidad de reacción entre los organizadores causó filas enormes en las que las personas tardaban hasta 4 horas para entrar al recinto y disfrutar a su banda favorita. La desesperación y cansancio fueron evidentes, y en un suceso poco común que se suscitó, cientos de asistentes accedieron sin siquiera mostrar sus boletos.

Al caer la tarde y noche las mejores bandas empezaron a presentarse y también empezamos con las cancelaciones, que aquejarían al Force Fest todo el tiempo. Devil Driver inició y terminó con grandes bandas como Testament, Exodus y el esperado Rob Zombie. No obstante también presenciamos enormes espectáculos de Code Orange, P.O.D, NOFX, Alice in Chains, Stone Temple Pilots y los legendarios System of a Down, quienes en dos horas de imparable música dejaron a los asistentes satisfechos a pesar del desastre.

El domingo, para no extender de más este texto, estuvo mucho mejor organizado sin embargo esto se vio opacado por las ya mencionadas cancelaciones que causaron descontrol masivo, cambios de horarios con los que muchos nos perdimos a bandas por no conocer en qué momento saldrían y hasta groserías hacia las bandas suplentes, como Pinhead, que buscaba alegrar con su música al salir al escenario en el espacio que Exodus ocupaba. También obtuvimos sorpresas como el cambio de escenario de Phil Anselmo hacia uno de los main stage y el pleito de egos entre Slayer y Danzig, que por cierto también incordió a muchas personas.

¿Mi opinión sobre todo esto? El Force Fest 2018 fue un evento que contaba con grandes propuestas, como el cashless que al final fue un fiasco y aunque la producción estuvo completamente a la altura, el sonido nunca falló como suele pasar y todos los detalles que encontrábamos hasta en los juegos mecánicos, las cosas negativas siempre van a pesar mucho más; es ley de vida y por eso considero que de continuar con la franquicia, deberán poner más atención a ello para así recobrar la confianza de los fanáticos que seguramente dudarán en adquirir boletaje.

Como medio fue decepcionante no poder tener en nuestro set a bandas de talla internacional para entrevistar y otras situaciones como el WiFi, Catering y hasta los accesos nos terminaron por complicar aún más el trabajo que ya de por sí era pesado. Eso sí, estuve tratando de subir material en cuanto podía e inclusive pueden encontrar un recorrido por los rincones del evento en la página de Facebook, porque a pesar de todo, disfruto lo que hago y esto lo tomo como una nueva experiencia para mí.

La vida esta llena de buenos y malos momentos, y el Force Fest a pesar de ser uno de los más agridulces que he tenido que experimentar, no me queda más que agradecer el poder haber estado ahí. Esa convivencia con mis amigos y su compañía, así como el conocer gente nueva me llenan el corazón de esa energía que necesito para seguir adelante y dándole con todo, menos miedo.

¡Gracias Force Fest! Nos vemos en el 2019.

Nota: Todas las fotografías en esta nota fueron tomadas con la Samsung Galaxy Note9