Luego de muchos esfuerzos por parte de Guillermo del Toro, quien buscó por todos los medios retomar su querida franquicia del hijo del diablo, en una tercera parte que nos quedamos con ganas de ver, hoy Latam Pictures e Imagem Filmes están a unas cuantas horas de lanzar el -no solicitado – reinicio de Hellboy. Un largometraje, que al menos en los tráilers, quedaba a deber con los millones de fanáticos que este carismático personajes ha venido generando a lo largo de los años. La vimos y sin embargo que nos detenga, les dejamos nuestra opinión.
Como seguramente ya saben, Hellboy reinicia la historia que conocíamos para presentarnos a un “nuevo” personaje, un tanto menos amargado y carismático, pero sin duda, mucho más frenético y visceral. Desde su primera escena, el director Neil Marshall nos adelanta que el tono de la cinta será muy distinto a lo que conocemos, presentando la historia central de nuestra antagonista, la bruja Nimue (Milla Jovovich) y el trillado Rey Arturo, que de una u otra manera, siempre consigue colarse dentro de la trama central de un montón de películas y cuentos populares. Sin afán de spoilear el importante acontecimiento, muchos de los hechos que veremos en los primeros minutos se irán desarrollando poco a poco, entrelazando una historia no tan convincente y que al menos a mi manera de ver las cosas, es el punto más débil de la cinta.
Nuestro rojo protagonista, sin embargo, comparte el mismo origen que todos ya conocemos, y en su primera participación relevante nos trasladará a Tijuana, México, en busca de completar una misión para el Bureau for Paranormal Research and Defense (B.P.R.D) en la que comenzará a averiguar cosas de su turbio pasado por medio de profesías que le revelarán quién es en realidad. A pesar de que su origen e historia se apegan a lo visto en las historietas de Dark Horse Cómics, la producción del proyecto en la pantalla grande también decide saltarse algunos de los detalles importantes, y adaptarlos de manera libre para encajar de mejor manera con el guión planeado.
Por otro lado, el mayor punto fuerte de Hellboy recae en la trepidante acción en la que se nos embarca constantemente, y aunque en ocasiones provoca que el ritmo del conjunto decaiga, las escenas cargadas de batalla representan casi el 70% del largometraje. De igual manera y para quienes preguntaban si en verdad se merece la clasificación “C”, debemos decirles que sí, y de qué manera. La sangre, decapitaciones, desmembramientos, y desollamientos en ocasiones rayan en lo desagradable, y aunque seas de estómago fuerte, no podrás evitar sentir cosas feas con algunos de ellos; habrá quienes los amen y otros que no, pero yo considero que su inclusión es acertada y aunque muchos dirán que es solamente para el público más joven, también lo asemeja mucho más a su contra-parte de los cómics.
Las actuaciones de los roles protagónicos y secundarios en ocasiones son exageradas, y aunque quisiéramos poder justificar esto con el claro enfoque “despreocupado” de toda la cinta en general, es imposible dejar de lado lo sobre-actuado y genérico que resultan algunos de sus puntos de inflexión más cruciales. Por otra parte, es imposible también ignorar que la máscara de látex con la que se ha caracterizado a David Harbour, no lo deja que se vean muchas de sus expresiones y las tomas podrían resultar similares, sea la que sea la situación por la que esté pasando. Es como si Kristen Stewart estuviera a cargo de la dirección y de pronto Hellboy se torna en una Twillight, pero con demonios salvajes.
Su fotografía es agradable, y aunque la mayor parte de la historia se centra en locaciones de Inglaterra, también nos será posible conocer otros puntos de interés importantes, como bosques, cuevas, castillos, laboratorios y el mismísimo infierno. Debemos mencionar que este apartado está muy bien manejado y la mayor parte del tiempo será agradable a la vista, aunque también decepciona a quienes esperaban encontrarse con más puntos turísticos conocidos en la vida real, ya que lo verdaderamente importante se efectúa en interiores o es enteramente generado por CGI.
Del lado de los efectos especiales, la “computadora” se queda un poco corta y la mayoría de ocasiones estos se sentirán “falsos” o sobrepuestos; también la sangre y partículas son bastante justitos. Lo que sí debemos enfatizar es el diseño de personajes, ya que estos son excelentes y algunos como Baba Yaga simplemente te dejarán atónito. Puntos extra para la labor de maquillistas y vestuario, ya que son totalmente adecuados y encajan de excelente manera con toda la obra audiovisual.
Hellboy es una película divertida, entretenida, llena de acción y gore que sin embargo flaquea al presentarnos una nueva historia convincente. Su edición de escenas en ocasiones parece dejarse de lado para simplemente presentarnos una coreografía audiovisual retacada de situaciones frenéticas y viscerales, muy al estilo de la saga de Transformers. Un largometraje que los aferrados a Guillermo del Toro odiarán, pero un producto que sin duda podemos recomendar si lo que quieres es ir y disfrutar a una sala de cine.
P.D. No olviden quedarse hasta el final de los créditos.