Dicen que quien se viste de amarillo es que se tiene seguridad, pero qué mayor seguridad puede haber que plantarse en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México con un rotundo sold out en tu primera presentación como solista en el imponente recinto. Esa es la historia de José Madero y su más reciente presentación en el coloso de Reforma, como promoción de su más reciente placa “Giallo“.
Las largas filas de personas con prendas o pañuelos amarillos (“Giallo” en italiano es amarillo) ya anticipaban el éxito que esta fiesta sería, y que desde el inicio con temas como “Conversaciones sobre anatomía”, “Documentales” y “Plural siendo singular” no dejaron de arrancar aplausos de entre la gente. Monstruos como Freddy Kruger, Jason y Drácula invaden entonces las pantallas al ritmo de “Noche de Brujas”, para luego seguir con “Teoremas, etc” y “Final ruin”. Es aquí donde Madero deja de lado por un instante el recorrido por su trabajo solista y da un golpe a la nostalgia de sus seguidores con “Solo a terceros“, tema original de su banda anterior PXNDX, a la cual regresaría a homenajear de nuevo con “Feliz cumpleaños” y “Conversación casual”; no sin antes tocar entre estos temas por supuesto canciones actuales de él como “El ser supremo”, “Violencia” y “Padre nuestro” en el primer bloque; así como “A tu merced”, “Ojalá” y “Sin ampersand” en el segundo.
José Madero ejecutó su setlist sin mediar prácticamente palabra con la gente (incluso cuando el famoso muñeco del Dr. Simi que ya es tendencia en los shows en México le fue lanzado al escenario), y en lugar de ello continuó con “Codependientes”(a dueto con Zaira Jabnell) “La herida” e “Invócame”, seguidas de “MCMLXXX”, “Sinmigo” y “Quince mil días”. Tras una breve pausa es en este momento de la velada en el que José Madero tomaría la guitarra acústica para regalar de una forma por demás bohemia y en este formato una quinteta de temas compuesta por “Noche de baile”, “Lo dorado desvanece”, “Nadie más vendrá”, “Imposible” y “Mercedes”. De nuevo una breve pausa, y el setlist retoma su ritmo con “Lunes 28” ligada a la movida “¿A poco no?”, para después dar paso a “¡Esta noche es la reunión!”, “Lamentable”, “Cerraron chipinique” y “Literatura rusa“; incluso incorporando la presencia de percusiones extra al puro estilo de batucada en algún tema, lo que le dio un toque especial al set. José Madero baja a la zona general del auditorio y decide pasar por el pasillo central de la pista saludando a la gente, mientras el show va llegando casi a su fin con otro tema original de PXNDX: “Nuestra aflicción”.
A pesar de que el show parecía llegar a su fin, José Madero regresaría al escenario para -visiblemente emocionado- dar un discurso por demás emotivo agradeciendo a sus músicos, sus personas cercanas y a sus fanáticos (a quienes se refirió como sus amigos) por haber logrado la meta de presentarse en un recinto tan importante como lo es el Auditorio Nacional. Las pantallas entonces se llenan de las imágenes de una furiosa tormenta para que José cierre el show ahora sí con “Soy el diluvio”. Al terminar de interpretarla José Madero no puede evitar caer de rodillas y soltar el llanto por la emoción contenida mientras todo el foro corea su nombre. Con una foto grupal y el anuncio de que al siguiente día tendría una noticia sumamente importante en sus redes, José Madero se despide en una noche que como el bien dijo: jamás la va a olvidar.