Mass Effect: Andromeda, en busca de un nuevo hogar para la humanidad

Mass Effect: Andromeda, en busca de un nuevo hogar para la humanidad
En conclusión:
Mass Effect: Andromeda, en su ambición de separarse de la trilogía original y del comandante Sheppard, no resulta tan épico como ninguno de los títulos originales. Eso sí, los añadidos jugables y su nueva puesta en escena de mundo abierto lo convierten en una secuela a la altura del legado que le dejaron durante las más de 60 horas de juego que ofrece.
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Mass Effect ha sido desde siempre una de las franquicias de ciencia ficción más respetadas de la industria de los videojuegos. El título original, creado por BioWare en el año 2007, combinaba perfectamente dos de los géneros con mayor éxito en consolas y PC, y dominando dinámicas que alternaban entre el RPG y los disparos en tercera persona, el comandante Sheppard nos llevó hacia una nueva galaxia en la búsqueda de la supervivencia. Hoy, a 10 años de esto, Electronic Arts ha publicado ‘Mass Effect: Andromeda’ una esperada secuela que busca marcar de lleno la historia y a las consolas de actual generación. ¿Lo habrá conseguido?

600 años después de los hechos vistos en Mass Effect 3, donde Sheppard heroicamente salvó a la humanidad, es tiempo seguir a un nuevo escuadrón embarcado en la “Iniciativa Andromeda”, una misión de la que escuchamos muchas veces en entregas pasadas, pero de la que hasta el momento no teníamos conocimiento en pleno.  Los hermanos Ryder, protagonistas de Mass Effect: Andromeda deberán liderar a un escuadrón en búsqueda de un nuevo hogar fuera de la Vía Láctea, lo cual nos lleva a Andromeda; claro está, en el trayecto las cosa se saldrán por completo de nuestro control y además de conseguir la meta inicial, se convertirá en prioridad asegurar también el bienestar de los más de 20,000 voluntarios que nos acompañan.

El inicio en Mass Effect: Andromeda será complicado, y no por el reto del título, sino por la manera en que nos plantean la historia y su ejecución, tomando en cuenta las decisiones características y su desenvolvimiento en el entorno conocido. Más allá de encantar, las primeras horas de la secuela resultan muy lentas y carentes de sentido, tanto histriónicamente como a manera jugable y es que más allá de poder catalogarlas como “una montaña rusa de emociones”, es más una galaxia plagada de hoyos negros que si bien nos ayudará a entender de mejor manera los esquemas de control nuevos, a los protagonistas y personajes que nos acompañan. Hablando de esto, los personajes no jugables carecen un tanto de la personalidad que tanto encantó de los integrantes de la SSV Normandy y ahora hasta el Krogan pareciese haber perdido su característica guerrera e imbatible por la que es conocida esta raza dentro del universo de la serie. De igual manera, el peso de los diálogos se siente un tanto forzada y aunque trata de confundirnos entre el bien y el mal, las consecuencias de ellas son menos perceptibles que antes.

Claro está que conforme el tiempo avanza, la trama se va componiendo y pasadas las 10 horas de juego seguramente no podrán parar hasta descubrir qué hay detrás de esta misión, que nuevamente desenmascarará conflictos no esperados que preferimos no mencionar para que los descubran ustedes mismos. Si bien Sara y Scott Ryder con el tiempo se volverán entrañables, estos nunca alcanzan matices emotivas como las de Sheppard y aunque resulta agradable jugar con ellos e interactuar con las distintas razas que están presentes, además de coquetear y ligar, en ocasiones nos será imposible todas las aventuras, llantos y risas que nos dio el legendario comandante. Eso sí, BioWare se ha encargado de que el legado de este importante personaje no sea olvidado y a través de un montón de easter-eggs estarán reavivando su llama en distintos momentos.

Mass Effect: Andromeda, por otro lado, añade mecánicas nunca antes vistas en la serie, como la libre exploración y la posibilidad de alternar entre clases en el momento que queramos. Así nos encontremos a la mitad de una batalla, el juego nos permitirá convertirnos en Adepto, Ingeniero y Soldado de manera automática, lo cual añade dinamismo y estrategia a los enfrentamientos contra grandes jefes e inesperados embates de oleadas de soldados rivales, De igual manera, nos veremos dotados de una herramienta bastante útil que escaneará prácticamente cualquier cosa y con la que conoceremos de mejor manera el entorno que nos rodea, para así recolectar recursos de manera más eficiente; esto beneficiará en pleno la agilidad y facilidad para superar las distintas misiones principales y secundarias, al potenciar habilidades como la velocidad y resistencia de nuestro personaje o hasta la nave en que nos estaremos desplazando.

Los mundos disponibles son muy variados y a pesar de no estar generados en tiempo real, los elementos que BioWare ha puesto en ellos los convertirá en una experiencia distinta entre sí. La capacidad de usar el Nomad -un vehículo terrestre preparado para todo – hará nuestra vida un tanto más sencilla al fungir como “tanque” y pudiéndole agregar también un abanico de nuevas características que serán utilizadas en diferentes tipos de climas o parajes, como bosques intrincados, heladas montañas, desiertos calurosos y pantanos complicados; todos ellos con diferentes necesidades para el jugador.

En ocasiones es posible que Mass Effect: Andromeda resulte abrumador para el jugador promedio, sobre todo por la gran cantidad de elementos en la UI y las varias alertas que estarán apareciendo constantemente en nuestra pantalla. No obstante con el pasar de la historia y a manera bastante natural, nos iremos adaptando inclusive a la confusa brújula que más allá de llevarnos por el camino correcto, en ocasiones nos propiciará perdernos entre la maleza. Los más casuales extrañarán también un tanto más de “sencillez” pero todos estos apartados se pueden desactivar en el menú para una experiencia de supervivencia más inmersiva.

El multijugador de Mass Effect: Andromeda, a pesar de ser divertido y difícil en los rangos más altos (variando desde bronce hasta oro), es un añadido que no se siente forzado pero tampoco complementa la experiencia y si no fuera por la curiosidad que les causará, seguramente este moriría en el olvido. Si jugaron la tercera entrega de la franquicia, seguramente ya sabrán a lo que van y si han sido fanáticos de derrotar a interminables hordas alienígenas en distintos mapas conocidos, se van a pasar un buen rato, siempre y cuando tengan conocidos para hacerlo. Las recompensas que este modo pueden ser utilizadas en la campaña de un jugador, pero son tan innecesarias que inclusive podrás dejar programados “bots” para que te hagan la chamba mientras no estás.

Ténnicamente Mass Effect: Andromeda es interesante, desplegando gráficos en FullHD estables, con recreación de texturas realista y efectos de partículas bastante creíbles. Algunos panoramas inclusive provocarán que nos quedemos quietos por cortos periodos de tiempo para deleitar nuestra con lo que vemos y, obviamente, tomar una captura de pantalla para publicarla en nuestras redes sociales. Eso sí, las animaciones flaquean en demasía, tanto en cuestión de rostros como al correr, caminar, saltar y elevarnos con el jetpack. Sí, los videos que seguramente ya vieron en internet son reales, y demeritan la gran labor de sus desarrolladores en los demás ámbitos. Por otro, los sonidos y voces son adecuados, y en su mayoría logran reconfortarnos por el realismo que brindan.

En conclusión, Mass Effect: Andromeda en su ambición de separarse de la trilogía original y del comandante Sheppard, no resulta tan épico como ninguno de los títulos originales. Eso sí, los añadidos jugables y su nueva puesta en escena de mundo abierto resultan adecuados en un mundo tan plagado de experiencias lineales. Los nuevos protagonistas no son tan memorables y a pesar de que las relaciones interpersonales fueron mejoradas, en ningún momento nos identificarán en pleno con su existencia e ideales durante la “Iniciativa Andromeda” y aunque cuenta con multijugador, este sale sobrando y seguramente se les va a olvidar que está ahí, en el menú principal. A pesar de no ser una secuela a la altura del legado que le dejaron, esta aventura espacial conseguirá atarlos a sus más de 60 horas de juego.