Las producciones de verano suelen estar llenas de acción, diversión y momentos sin sentido. El presupuesto invertido a los grandes largometrajes tiende a mostrarnos batallas impresionantes, explosiones destructivas, fines del mundo, terror y por supuesto, héroes de guerra dispuestos a salvar lo que más quieren; claro ejemplo de esto es que las cintas en las que han participado Dwayne “The Rock” Johnson, Bruce Willis, Tom Cruise o Jason Statham son lanzadas en este periodo del año y justamente es de este último del que hablaremos hoy. The Meg – Megalodón en español – llega a las salas de todos los cines a nivel mundial el próximo 10 de agosto y en esta reseña te contaremos lo que nos pareció.
Megalodón como su nombre indica, nos cuenta la historia que hay detrás de los secretos que ocultan los enormes océanos con los que contamos en la tierra, presentándonos un problema que va más allá del razonamiento de quienes participan en el desenvolvimiento de la trama. En sus primeros momentos, la película nos lleva 5 años atrás a vivir con Jonas Taylor (Jason Statham), y el Dr. Heller (Robert Taylor) un episodio traumático que ocurre tras las labores de reparación de un submarino atrapado en el fondo del mar. Ahí, nuestros heroícos compañeros descubrirán que no sabemos a lo que nos atenemos cuando decidimos internarnos en las heladas y oscuras aguas del planeta tierra.
Posterior a esto, Megalodón toma una postura un poco más genérica y común al abrir escena con un multimillonario inversionista llamado Jack Morris, quien de la mano de Rainn Wilson aportará durante todo el transcurso de la cinta un toque más despreocupado, gracioso y en ocasiones hasta relajado. Durante los minutos posteriores se nos presenta al resto de la tripulación que acompaña una costosa investigación por medio de submarinos nucleares y tecnología futurista, que con sonares, monitores, y hasta luces poderosas, revelarán secretos que debieron mantenerse ocultos del ser humano, desatando catastróficos acontecimientos que afortunadamente podremos disfrutar y deleitarnos con ellos en la gran pantalla.
Justo como seguramente esperan, este largometraje de verano cuenta con coreografías orquestadas llenas de acción sorprendente, ataques a navíos, buques, e inclusive la misma tripulación y civiles que nada tenían que ver con la desafortunada labor de los científicos. A pesar de que las escenas más sangrientas están correctamente censuradas para poder llevar Megalodón a un público un tanto más amplio, el simple hecho de tener en nuestra mente la imagen completa ya es motivo para “aterrarnos”, de cierta manera y sin intención de mentirles, una compañera de medios que se sentó a mi lado durante la proyección a prensa no dejaba de taparse el rostro para no presenciar ciertos acontecimientos brutales y muy bien orquestados.
La cinta juega correctamente con las matices adecuadas para el género en el que se encuentra, y a pesar de no contar con los mejores efectos visuales, se nota el presupuesto que Warner Pros. Pictures puso para su producción al dejarnos maravillados con el adecuado diseño del mundo marino y claro, los gigantes tiburones que fungen como principales antagonistas – si es que así podemos llamarles. La naturaleza de Megalodón constantemente te lleva sin parar por un vórtice de emociones que no para en ningún momento y que consideramos lleva un ritmo bueno la mayor parte del tiempo. Su duración casi se acerca a las 2 horas, sin embargo estas se pasan sin que te des cuenta, lo cual ya por sí mismo es un gran logro del cual pocos pueden jactarse. Su director, Jon Turteltaub hizo un gran trabajo y es evidente que él mismo es un gran fanático del tema que debió representar en esta ocasión.
Las actuaciones y diálogos son posiblemente de lo más débil en Megalodón, ya que dejando de lado a Jason Statham y ese papel de chico malo pero heroíco al que ya nos tiene acostumbrados desde hace mucho tiempo, quienes le acompañan en el rol protagónico suelen ser planos y olvidables, llegando al grado de considerarles un simple cliché y reciclado de otros personajes que ya vimos en cintas como Armageddon, Misión Imposible y hasta Viaje al Centro de la Tierra. Nos hubiera encantado observar un desarrollo de historias e interacciones un poco más profundas, o que al menos nos borrara de la mente esa idea de que esto ya lo habíamos visto antes. Importante también es destacar que talento como Ruby Rose, Li Bingbing, Jessica McNamee, Cliff Curtis y hasta Jeff Kennedy fueron un tanto desaprovechados.
Por otro lado, tampoco fuimos tan fans de la relación amorosa forzada que aquí tenemos que soportar. En ocasiones sacan de contexto los coqueteos o bromas que se llegan a hacer entre – nos les vamos a decir quienes para que lo descubran por ustedes mismos – pero hubiéramos preferido que se enfatizara más la tensión y constante sensación de fragilidad, en lugar de esto. Claro que no por eso quiere decir que esté mal y por supuesto que le añade un toque interesante a Megalodón, pero también juega en su contra al revelarnos a quienes contarán con la “inmunidad” que su rol les otorga.
En conclusión, The Meg (Megalodón) es una de las películas más colosales que hemos visto en el verano y también de las más entretenidas, sin duda alguna. Cuenta con todos los elementos que puedes esperar de un proyecto que cuenta con Jason Statham y tiburones gigantes en él, aunque los momentos genéricos y ciertas actuaciones planas repiten errores ya conocidos del género. Eso sí, recomendamos ampliamente verla si es que ya disfrutaste de las demás opciones que se encuentran actualmente en cartelera. Plus, si llevas tu ticket de entrada a la exposición que se encuentra en Plaza Carso podrás disfrutar del acuario sin costo extra.