La industria de los videojuegos nos ha brindado un sinfín de leyendas a través de los años, mismas que han protagonizado sagas inolvidables para millones de fanáticos alrededor de todo el mundo, que sin embargo con el pasar de los años, no han sabido adaptarse a las nuevas “modas” presentes en los videojuegos más vendidos de la actualidad. Algunos otros, como Crash Bandicoot, han decidido reinventarse a sí mismos para así poder seguir siendo del agrado de sus fanáticos más antiguos y a su vez conquistar al nuevo segmento cada vez más competido. ¿Será digna esta secuela de portar ese “4”? Hora de averiguarlo en nuestra review de nueva generación.
Crash Bandicoot 4: It’s About Time deja de lado los intentos fallidos de Activision por continuar con las tres primeras entregas del marsupial más famoso de todos, para enfocarse en una línea temporal directamente ligada a Crash Bandicoot 3: Warped, con un Neo Cortex decidido a hacer lo posible por eliminar de la faz de la tierra al propio Crash y su simpática acompañante, Coco. La historia inicia, precisamente, con el malvado e hilarante villano desatando una nueva amenaza cósmica que servirá como preludio para un videojuego lleno de acción plataformera, nostalgia retro y un montón de añadidos modernos que lo convierten en uno de los mejores títulos del año, y también uno de los más divertidos.
Como su nombre indica, en una breve cuestión de tiempo, esta aventura de Crash Bandicoot logra ganarse nuestro corazón de pollo con menús e interfaces clásicas que te harán sentir como aquella escena de Ratatouille que inevitablemente nos transporta a revivir momentos felices de nuestra infancia, en la que no sabíamos de guerra de consolas, ray-tracing o polémicas de inclusión política y nos dedicábamos de lleno a disfrutar las cosas como venían. En Crash Bandicoot 4: It’s About Time esta sensación está tan bien manejada que, a pesar de mis hábitos actuales – y que mi resistencia para estar frente a un televisor ya no es la misma- que consiguió tenerme pegado al control por horas y horas. La “campaña” principal me duró más o menos 12 horas, con varios intentos fallidos por superar niveles que en ocasiones me hacían sentir más torpe de lo que soy realmente.
Y es que hablando de reto, la dificultad de Crash Bandicoot 4: It’s About Time está muy bien equilibrada, aunque en ocasiones me hubiera gustado que los jefes finales de cada escenario fueran más complicados. Las distintas fases que atravesarás, incluyendo aquellas que le rinden tributo a los clásicos del marsupial nos tendrán recorriendo niveles muy bien diseñados, que con un excelente ritmo modifican las fases a seguir entre persecuciones, saltos que requieren precisión extrema y, por supuesto, giros y más giros. Las mecánicas que todos conocemos se han mantenido tal como las recordamos y realmente es muy sencillo empezar a jugar, ya que desde el primer instante en que tomas el control entre tus manos sabes exactamente lo que debes hacer o a dónde dirigirte.
Pero eso no es todo, Toys For Bob también logró añadir nuevos retos presentados en forma de máscaras (que descubrirás mientras avanzas en la trama) con distintos poderes como transportarte entre dos dimensiones distintas, el control del tiempo para inclusive detenerlo a nuestra conveniencia y una más que nos pondrá a girar como locos para así alcanzar plataformas alejadas o deshacernos de enemigos particulares que preferimos no spoilear, ya que todos ellos me parecieron sorprendentes y distintos, con pocas repeticiones entre escenario y cada uno con su reto particular para poder superarles. El conocimiento adquirido con los remakes de la N.Sane Trilogy y la retroalimentación constante de los fanáticos, que durante años pidieron una secuela como esta, sin duda complementaron un producto que resalta por su originalidad y calidez con el público al que quiere llegar.
Crash Bandicoot 4: It’s About Time parece tener muy claro el rumbo de la serie, y para no espantar a un segmento no tan acostumbrado a los retos, añade dos tipos de jugabilidad la clásica y la moderna; la primera de estas manteniendo la dinámica de cuidar nuestras vidas, forzándonos a medir el siguiente paso que daremos para no tenernos que repetir el nivel completo en caso de perderlas, mientras que la moderna únicamente nos transporta al último “check-in” efectuado pero manteniendo un contador de muertes para que nos dé vergüenza nuestra torpeza. Eso sí, recomiendo fuertemente jugar a la antigua ya que de lo contrario podría parecerles bastante sencillo el superar cada zona
Por otro lado, los nuevos personajes jugables para esta secuela son un tremendo acierto que, sin embargo, considero pudieron ser mejor explorados. Si bien, el propósito dentro de la aparición de personajes selectos como Thawna, Dingodile y el Doctor Neo Cortex está bien relacionado con la línea temporal principal, dirigida por Crash y Coco, sus niveles aparecen a cuentagotas, dejándonos una sensación de querer más que quizá será explorado dentro de los planes de contenido que seguramente Activision ya considera y que se verán fortalecidos por grandes ventas del título, como sucedió hace un par de años con la ya mencionada recopilación que devolvió la gloria al marsupial. Las variantes que cada uno de estos conlleva están muy bien balanceadas y son muy entretenidas, así que cada nivel donde los utilizamos es disfrutable y sin duda alguna, se convierten en uno de los mayores aciertos de Crash Bandicoot 4: It’s About Time.
Del lado técnico y artístico, este juego es simplemente impresionante, con un apartado de diseño de niveles simplemente sublime, que abarca desde los paradisiacos escenarios extraídos de la Isla N.Sane, hasta muchos diferentes que nos hacen recorrer barcos pirata, edificios con temática oriental, algunos otros con clima helado, laboratorios científicos y hasta el espacio, todos ellos con detalles visuales muy agradables a la vista que corriendo a 60FPS son más que exquisitos, eso sí, se echa de menos la ausencia de HDR y la resolución a 4K nativo, ya que en PS4 Pro únicamente alcanza los 1440P. Esperamos que en una futura re-edición para consolas de nueva generación se solventen estos pequeños detalles que, para nada empobrecen la experiencia en general. Un trabajo hecho por fans y para fans, que transmite calidez desde su primer ápice. Los modelos nuevos de personajes también conservan la esencia que todos amamos y eso se agradece sobremanera.
En conclusión, Crash Bandicoot 4: It’s About Time es uno de los mejores videojuegos del marsupial, combinando de manera excelente los elementos que lo hicieron grande durante la época del PSX y devolviendo las viejas glorias alcanzadas por Naughty Dog. Los añadidos que Toys For Bob y Activision han sabido incorporar, lo convierten en uno de los mejores plataformeros de las consolas actuales y aunque su dificultad podría quedarse corta, así como algunas inconsistencias relacionadas con las mecánicas de los personajes nuevos, el conjunto de este paquete audiovisual se sobreponen para hacerlo un “must” entre la larga lista de lanzamientos que se vienen en los próximos dos meses. El auténtico renacimiento de una leyenda.