Reseña | El Misterio de Soho

En una época llena de misterio y terror, el entretenimiento se llena de distintos productos que buscan cubrir la necesidad del público por recibir buenas dosis de adrenalina y suspenso en productos audiovisuales como los videojuegos y las películas. De la mano del director Edgar Wright (Baby Driver) y la distribución de Universal Pictures llega, precisamente, una cinta llena de estos elementos: El Misterio de Soho (Last Night in Soho), ¿cumple con las expectativas?

Como bien sabemos, Wright es reconocido por sus ideas y particular visión del mundo en el que ubica todas sus películas y con El Misterio de Soho no se queda atrás, combinando un curioso estilo moderno un tanto gris, con un pasado lleno de colores, neón y elementos clásicos que la convierten en una excelente propuesta en el ámbito audiovisual. Nuevamente, este señor deja su particular toque en la gran pantalla y a pesar de salirse un tanto de los estatutos, sin descuidar la pincelada que le caracteriza.

La historia, ubicada -obviamente- en Soho, Manhattan, nos cuenta un poco de la vida de Eloise (Thomasin McKenzie) una universitaria a punto de cambiar su vida tras mudarse de casa de su abuela a vivir la aventura estudiantil más inesperada que pudo haber imaginado. Si bien, al inicio esta película sigue la conocida línea demarcada por otras como “Mean Girls”, poco a poco se va despegando al conocer una inquietante historia relacionada con Sandie (Anya Taylor-Joy) que poco a desarrolla un misterio aterrador que descubrirás y que seguramente sorprenderá.

LAST NIGHT IN SOHO, Thomasin McKenzie, 2020. © Focus Features / Courtesy Everett Collection

El desarrollo de El Misterio de Soho posee un ritmo como pocos, llevándonos del romanticismo y galantería característicos de los 70’s a la pesadilla en la que puede convertirse tu vida al conocer a las personas equivocadas y poco a poco asentarse en redes desconocidas con el propósito de destacar. El guion refleja perfectamente el cambio de convicciones y actitudes que se pueden llegar a tener en la búsqueda de conseguir lo que se quiere y de forma increíble llega al final consecuentando un camino lleno un montón de emociones que seguramente te encantará.

La música es simplemente sorprendente y todas las composiciones creadas por Steven Price encajan de manera casi poética con cada uno de los momentos de los que serás partícipe y en ocasiones ni siquiera podrás creer lo bien diseñados que se encuentran los hechos al ir conociendo el contexto propio de cada uno de ellos. Inclusive hay algunas canciones que las mismas actrices protagonistas interpretan y que seguramente te deleitarán como a mí; que no te extrañe si al salir de la sala quedas con alguna de ellas pegada en la mente.

Visualmente, El Misterio de Soho es muy bonita y atractiva, sobre todo por las ideas tan firmes que Edgar Wright tiene al concebir un nuevo proyecto de este calibre y déjenme decirles que el estudio productor le ha dado completa libertad para que pueda ejecutar sus ideas apropiadamente, aunque eso sí, al final se siente un tanto forzada y podría no “cuajar” del todo.

Las actuaciones, eso sí, son todas fenomenales y particularmente con Anya Taylor-Joy y Thomason McKenzie se nota una excepcional química para terminar elaborando un personaje dividido en dos, que finalmente se acopla en uno solo al combinar escenas con paralelismos sorprendentes que están muy bien editados.

En conclusión, El Misterio de Soho es una cinta de misterio y suspenso increíble a la que es complicado encontrarle alguna falla, más allá del final que no me encantó del todo. Las actuaciones, recreación del mundo y la visión de Edgar Wright se ven aderezados por un sorprendente apartado visual y sonoro que la convierte en una de las mejores opciones para ver en este mes “de brujas”.

Reseña | El Misterio de Soho
En conclusión:
El Misterio de Soho es una película redonda que además de presentar una historia bastante original y llena de suspenso, cuenta con el sello característico del Director Edgar Wright.
Lo bueno
Gran desarrollo de personajes
El apartado visual y sonoro
Anya Taylor-Joy y Thomasin McKenzie
Lo malo
En ocasiones se siente apresurada
El final no es tan bueno
4