Reseña | Overwatch para Nintendo Switch

Hace ya algunos años Blizzard se atrevió a salir de su zona de confort, dejando de lado las grandes licencias que la han convertido en una de las compañías más importantes de la industria y demostrando que también son capaces de innovar y crear nuevas propiedades intelectuales atractivas para los gamers. Overwatch a través del tiempo se ha convertido en un estandarte de los shooters, y su modo competitivo sigue enamorando a millones de jugadores y ahora es tiempo de deleitarnos sus bondades en Nintendo Switch.

Para todos aquellos que han vivido debajo de una piedra, Overwatch es un juego de 5 vs 5 en primera persona, que basa su jugabilidad en la estrategia por equipo, dotando a los jugadores de posibilidades derivadas de tres distintas clases: tanque, ataque y defensa, mismos que deben distribuirse de manera efectiva para así cumplir con objetivos en forma de un loadout que debe avanzar a lo largo de distintos e intrincados mapas.

Sí, lo sabemos, la premisa es sencilla en el papel pero estando en partida un montón de factores determinan lo que debes hacer para alcanzar la victoria con tu equipo. Overwatch en estos momentos cuenta ya con más de 30 personajes jugables, cada uno con una historia de trasfondo, trabajo de doblaje impecable, diseño y apariencias diferenciales y por supuesto, un kit de habilidades que se adecua a tu manera de jugar. Además es importante mencionar el trabajo que dirige Jeff Kaplan al seguir incluyendo más y más variantes jugables en el transcurso de los meses.

Si nos enfocamos en la versión de Nintendo Switch, es importante mencionar las diferencias que tiene con respecto a las de la consola de Sony y Microsoft, resaltando primero que nada la resolución en la que corre el título: 720P en modo tableta y 900P en el dock, ambos a 30FPS que aunque suenan suficientes para poder disfrutar de cada jugada, en ocasiones sí se llega a resentir que no vemos los acostumbrados 60FPS que el título ha mostrado.

El esquema de control está muy bien adaptado, aunque he de decir que personalmente no soy un gran fanático de los Joy-con en este tipo de juego y tuve que optar por conectar mi Pro Controller para un mejor aprovechamiento. El tiempo de respuesta me pareció bastante adecuado y muy cercano al promedio, por lo que desarrollar tus estrategias y poner en marcha jugadas con tu equipo no te será complicado.

El trabajo de arte sigue siendo impecable, mostrando un casi calcado apartado gráfico en prácticamente todos y cada uno de los mapas qué recorremos en el mundo. Mi única queja es que cuando se llegan a amontonar muchas personas, y lanzan habilidades, la acción en pantalla se llega a tornar un tanto confusa.

De igual forma, para poder hablar con tu equipo es necesario utilizar la aplicación de Nintendo Switch desarrollada para equipos móviles, por lo que podrías perder foco en lo que pasa en tus partidas, sin embargo este es un tema que arrastra la Gran N desde el lanzamiento de su consola híbrida.

En conclusión, Overwatch para Nintendo Switch es una adaptación bastante bien lograda del competitivo título de Blizzard. El trabajo de arte es prácticamente el mismo que en PS4 y Xbox One, sin embargo se extraña en ocasiones el poder disfrutar de cada partida a 60FPS y 1080P.