Han pasado casi 20 años desde la primera aparición de Lara Croft en nuestra industria; fue el pasado 25 de octubre de 1996 cuando el primer Tomb Raider vio la luz en una de las consolas más queridas de la historia, y hoy, tras un breve periodo exclusivo con Microsoft, la intrépida arqueóloga vuelve a la casa que la vio nacer.
El éxito arrollador de sus tres primeras entregas no fue sencillo, y es que al inicio de todo, Lara buscaba sobrepasar las barreras de los videojuegos de su época bajo el desarrollo creativo de Toby Guard – creador de la franquicia- , buscando implementar así a un protagonista aventurado y masculino, al estilo de Indiana Jones. Tras recibir un montón de rechazos hacia su idea, y volteando hacia otros horizontes en los que las mujeres eran los personajes más elegidos en títulos de pelea como Virtua Fighter, nació Laura Cruz (nombre original); al querer refinar la dinámica y buscando encontrarle una personalidad más entrañable a la pequeña y novata chica, se fijó su nacionalidad inglesa y el cambio final de identidad al que todos conocemos.
Años de altibajos pasaron y tras haber gozado de un éxito arrollador que incluye la mención en el Libro de récord Guiness como la “La heroína humana más exitosa en la historia de los videojuegos”, la fórmula que mezclaba hermosos entornos totalmente 3D, con acción y cinématicas sofisticadas para su época, mecánicas complejas y balaceras como nunca antes se habían visto y hasta efectos de luz avanzados, terminaron por decaer para un público cada vez más exigente, que pedía a su ícono renacer de entre las cenizas.
Tal como pasa en muchos ámbitos del entretenimiento, Tomb Raider decayó del gusto de los fanáticos que se veían con un montón de opciones nuevas para deleitarse, y no fue hasta que Lara se puso en las manos de Core Design y Crystal Dynamics que la carismática señorita puso nuevamente las manos (con todo y pistolas) sobre la mesa. En 2013 llegó el esperado reboot que el público pedía a gritos, para cerrar casi con broche de oro la generación pasada. Un rediseño de la madura Croft fue justo y necesario, poniendo al frente de la aventura a su contraparte más inexperta; esa niña frágil y tierna que en muchas ocasiones no sabe cómo actuar ante la tempestad, aquella que tuvo que tomar una pistola entre sus manos por primera vez y asesinar a un malandro que puso en riesgo en vida, vida que después de esto habría cambiado para forjar a la leyenda que hace su segunda aparición en la actual generación de consolas, y en esta ocasión particular, como exclusiva de PS4.
Rise of the Tomb Raider: 20 Year Celebration, llega como pretexto perfecto para celebrar la longeva carrera de la saga y su reconocida protagonista; la última aventura de la arqueóloga más famosa de la historia de los videojuegos, bautizada así por su concepción nostálgica y el completo contenido incluido en su paquete, que nuevamente quedó a cargo del estudio holandés, Nixxes.
Como secuela directa de la ya mencionada entrega pasada, Rise of the Tomb Raider: 20 Year Celebration basa la mayoría de sus características en un montón de elementos ya experimentados, y alabados por crítica especializada y compradores del público en general. Claro está que los más acérrimos a la serie conocen la base del título desde el año pasado, un año que para muchos se ha ido como agua y que para otros, es causa de un envejecimiento cada vez más acelerado. Con la aparición de una de las estrellas (Uncharted 4: A Thief’s End) de la marca nipona ya disponible en el mercado desde mayo pasado, ¿cómo logrará Lara Croft atraer a su público nuevamente?
Aun teniendo en cuenta el paso del tiempo, Rise of the Tomb Raider ha sabido mantener una esencia cercana y entrañable hasta para los nuevos compradores que decidan experimentar la secuela. A pesar de que el escenario no es tan favorable para Square Enix como distribuidora, sí que puede presumir de una amplia visibilidad para una base de usuarios actuales que ya rebasa los 40 millones de consolas a nivel mundial.
En cualquier de los casos y a manera de estrategia mercadológica sus publicadores han dotado a esta edición de 20 aniversario de todo el contenido descargable que hemos visto en Xbox One, Xbox 360 y PC, además de una misión exclusiva que alarga la campaña principal con más de tres horas de juego nunca antes vistos y hasta una sección dedicada para el recién estrenado periférico de realidad virtual de Sony Interactive Entertainment, el PlayStation VR.
Ya adentrados en un poco más de detalles, Rise of the Tomb Raider se sitúa un año después de los sucesos del reboot de 2013, como ya lo dijimos arriba, con una Lara más madura y adulta que, conmovida por los sucesos de la entrega anterior, vuelve a Londres con el fin de continuar con las investigaciones de su padre. De aquí en adelante, la historia envuelve características cliché del genéro de acción, como la persecución de pistas en sitios a los que ya se ha viajado, localización y triangulación de objetivos, resolución de ubicaciones en mapamundi y hasta un estudio elegante con un montón de libros.
Aderezando todo lo anterior con un sistema similar al de la entrega anterior, que combina de manera casi perfecta los QTE (Quick Time Events), con balaceras, exploración y resolución de puzles, diferenciándolo de manera muy elegante de su competidor cercano y convirtiéndolo en su sello particular. Eso sí, las secciones nuevamente tendrán un desarrollo lineal con ciertas zonas de mundo abierto – no sandbox-, en las que el crafteo de herramientas, alimentación y conservación de recursos será fundamental para poder llegar al final sin tantas complicaciones, sobre todo en la dificultad ‘Sobreviviente’, que no cuenta con regeneración de sangre ante batallas, ni en momentos posteriores a ellas.
A nivel técnico, la única diferencia respecto a la versión de Xbox One es que en PS4 la aventura corre a 1080p y 30fps estables en todo momento. De igual manera los efectos de luz se sienten un tanto retocados, tanto en exteriores como en interiores, y algunos ángulos visuales conseguidos con la al movimiento de la cámara resultan sublimes desde el inicio de los acontecimientos. Los texturizados en general también recibido un ligero lavado de cara, y elementos de cada escenario como charcos, pequeñas piedras, tierra y hasta hierbas lucen verdaderamente impresionantes si es que decidimos detenernos y apreciar la gran labor conseguida. A nivel sonoro, es verdaderamente impactante e inmersiva la manera en que Nixxes, de la mano de Crystal Dynamics consiguen involucrarnos durante toda la travesía, tanto a nivel actoral por su acertada elección de casting, como ambientalmente, reproduciendo casi a la perfección sonidos silvestres, ríos, vientos y hasta deslaves de montañas cubiertas por la nieve. Gracias al motor gráfico, también se consiguen animaciones de personajes naturales y físicas realistas que brindan a Lara Croft de una personalidad y sensualidad como nunca antes vista.
En conclusión, Rise of the Tomb Raider: 20 Year Celebration consigue de manera excelsa iniciar uno de los aniversarios más icónicos de la industria. A pesar de que su lanzamiento original fuese hace casi un año, la última aventura de Lara Croft logra reflejar la trayectoria de la arqueóloga más icónica de la industria de los videojuegos, destacando nuevamente en mecánicas de juego con tintes de acción, exploración y crafteo de ítems. Su historia sorprende con los giros en la trama que presenta y claro, detenerse a observar todas sus características técnicas se convertirá en una auténtica delicia hasta para los más exigentes.