Cuando Marvel Studios decidió lanzar Guardianes de la Galaxia durante agosto del 2014, las apuestas por estos héroes galácticos eran bastante pesimistas. El poco conocimiento comercial de los individuos que terminarían arrasando la taquilla mundial resultaba bastante peculiar al no ser los personajes más populares de la casa de las ideas; no obstante, las críticas y opiniones generales coincidían en un punto particular y es que el director James Gunn había conseguido crear un largometraje único como pocos. A tres años de esto y con una base de fans impaciente por conocer lo que depara a sus héroes favoritos, ¿se habrá repetido la hazaña?
Guardianes de la Galaxia Vol. 2 se ubica a unos meses de los hechos acontecidos durante la primer aventura del simpático equipo liderado por Star-Lord, quien en compañía de Gamora, Drax, Rocket y un tiernísimo Groot se han logrado consolidar como verdaderas leyendas del espacio. La secuencia inicial, muestra de lo anterior y con una encantadora escena refleja a la perfección la mística e ideología que a estos peculiares protagonistas caracteriza, y el conocimiento entre ellos así como la química adquirida durante sus demás misiones transmite una fraternidad pocas veces vista en el cine. El dominio visual y cómico que James Gunn ha aportado al Marvel Cinematic Universe refresca la cinta y nos muestra cómo debe continuarse una franquicia.
Como era de esperarse, los recién creados “guardianes” se enfrentan a su primer problema del largometraje, que sirve también de pretexto para dar inicio a un montón de secuencias que parecieran nunca detener su ritmo y cumplir el cometido de llevarte al final de recorrido con un sentimiento que muchas producciones envidiarían. Sin arruinarles la trama, los primeros minutos de Guardianes de la Galaxia Vol. 2 cimientan el resto de hechos, que muy a la usanza del “efecto mariposa” van desencadenando consecuencias para todos y cada uno de los personajes que veremos, enfatizando en particular en Peter Quill y la identidad de su padre, que como sabemos, desde su primera parte nos azota en forma de incógnita.
La secuela dividida en distintos “actos”, constantemente sorprende al espectador que hábido de nuevas y épicas batallas espaciales queda maravillado al encontrar la familiaridad necesaria y satisfacer el sentimiento de continuidad que se esperaba desde que observamos los primeros tráilers de la película. Afortunadamente para todos, Guardianes de la Galaxia Vol. 2 mantiene las frenéticas persecuciones en naves, enfrentamientos con pistolas, lásers, espadas y un montón de nuevas razas no conocidas que estarán apareciendo constantemente en pantalla para recordarnos que el Universo Marvel va mucho más allá de Manhattan, Nueva York o Wakanda. De igual manera, las interrogantes de cada uno de nuestros protagonistas nos llevará también a cuestionarnos sobre el papel que cada uno juega en la “familia” que, a ratos, pareciera convertirse en polvo cósmico.
A diferencia de la primera entrega, la secuela no se detiene tan a detalle para explicarnos la existencia y orígenes de los personajes que introduce, así que sin ningún reparo se dedica a introducir nuevas amenazas y aliados que no conocíamos, y de los que nunca pensamos oír, como Ayesha -líder del planeta Sovereign- y los Ravagers, que presumiblemente se convertirán en potenciales inclusiones que afectarán el futuro de esta fase 3 que Kevin Feige y compañía están construyendo. Aunque esto pareciera ser un detalle negativo, es realmente impresionante la manera en que todos los elementos van entrando y saliendo de nuestras vidas como ella lo hizo y sin afectar al desenvolvimiento de la historia, aportan lo que deben para seguir desenredando los nudos que se forman a través del conflicto presentado y del cual vamos conociendo a velocidad adecuada; es más, al final de las dos horas que dura Guardianes de la Galaxia Vol. 2 se van a preguntar quién les robó su tiempo al deleitarnos con lo divertido y vertiginoso de esta.
Igual que en su primera iteración, esta producción utiliza a música a su favor y en conjunto con el llamado ‘Awesome Mix Vol. 2’ (que ya pueden adquirir en iTunes) favorecerá el desarrollo de los hechos y marcará nuevamente los recuerdos internos que forjarán con el paso del tiempo, y les aseguramos que nuevamente quedarán maravillados por alguna -o tal vez varias- de las secuencias audiovisuales durante el resto de sus vidas cinéfilas. Canciones como The Chain, Mr. Blue Sky, Father & Son y Bringit on Home y Fox on the Run se mantendrán en su cabeza por un largo rato y no podrán dejar de tararearlas mientras sonríen en el tráfico de Santa Fe. La inclusión de esta técnica está tan bien manejada que en ningún momento pareciera estar forzada -a diferencia de unas cuantas películas de la competencia- y hasta podrían pasar desapercibidas por lo orgánico de su funcionamiento en la gran pantalla.
Puntos aparte para Baby Groot, quien sin duda merece un párrafo él solo, y aunque quizá no tenga el protagonista que muchos desearán, sí que aparece en escena el tiempo necesario para su deleite. La sabia decisión de James Gunn de mantener al encantador pequeñín al margen de los hechos, sin duda es de los mejores aciertos de Guardianes de la Galaxia Vol. 2 y es que tal vez no haya sido el único que pensó lo explotarían hasta el cansancio como se ha hecho con otras criaturas similares (Los minions) para simplemente destruir su tierna apariencia y hartarnos con su participación. Claro está que ciertos momentos sí que parecieran estar de más, pero ninguno de ellos sobrará lo suficiente. Eso sí, y como era de esperarse, la “ramita” a la que Vin Diesel da vida nuevamente está hecha para que desde su concepción se convierta en ese objeto que todos quisiéramos tener en nuestra colcha, o el bonito detalle para el niño, para la niña; para el novio y la novia.
Ténicamente Guardianes de la Galaxia Vol. 2 es simplemente increíble. No hay adjetivo para describir lo grandioso que resulta recorrer el universo en La Milano, de Star-Lord y al mismo tiempo quedarnos embobados por el trabajo fotográfico realizado y la labor casi artesanal del equipo de post-producción, quien de manera asombrosa recrea mundos, texturas, criaturas, monstruos, ciudades, artefactos y vestuarios que sin ninguna duda deben apreciarse en formato IMAX 3D. Este paseo por la galaxia es atractivo y los dejará sin aliento en más de un momento. La libertad creativa con la que el director se ve consentido en verdad se nota al apreciar cada detalle que éste y todo el personal a su cargo han traído a la vida. Los escenarios coloridos y llamativos también destacan perfectamente a Henry Braham, quien a pesar de estar por primera vez a cargo de la fotografía de una cinta de súper héroes, destella por luz propia.