Inspirada en la famosa atracción del parque de diversiones Disneyland, la trama nos lleva en un viaje por el Amazonas junto con Lily (Emily Blunt) quien desea encontrar un antiguo árbol mágico cuyas propiedades curativas pueden revolucionar la medicina de la época, y Frank (Dwayne Johnson) el embustero pero valiente capitán del barco que le ayudará en su búsqueda.
Dwayne Johnson + Emily Blunt = éxito
Admitámoslo, el actor mejor conocido como “La Roca” desborda carisma. Ojo, no digo que sea Brad Pitt ni Tom Cruise, pero es una realidad que la cámara lo ama y tiene una energía que lo hace lucir a cuadro y en cada papel que interpreta.
Si a esto le suman la química que transmiten Dwayne y Emily en pantalla, el resultado es un producto que si bien no es la película del año, termina por atraparnos y sumergirnos en esta aventura al estilo Indiana Jones, donde la acción y los retos nunca terminan.
Y aunque comparten el protagonismo por igual en esta película, es Emily quien termina por cautivarnos con una interpretación atrevida y empoderada, que nos contagia de seguridad y valor para ser quienes somos y luchar por nuestras pasiones.
Emily Blunt rompe estereotipos
Lily Houghton, nuestra heroína, rompe con todos los clichés de una mujer de 1917. Y fue esta razón la que convenció a Emily de participar en este proyecto, quien en diferentes entrevistas ha declarado que se enamoró del personaje, quien se negaba a conformarse y lucha por dejar atrás todas las restricciones y limitaciones para las mujeres de su época.
Siendo una Doctora en Botánica y cansada de las negativas de financiar su expedición por parte de la sociedad científica, integrada sólo por hombres, decide emprender por su cuenta dicho viaje, en compañía de su hermano y cómplice MacGregor (Jack Whitehall), formando otra dupla extremadamente hilarante que recuerda a los hermanos de La Momia, aquella película de los 90 que claramente sirvió de referencia para el desarrollo de la trama.
Y esta mancuerna nos saca varias carcajadas pues ella es osada, atrevida, usa pantalones (algo impensable para la época) e incluso sabe pelear y defenderse sola, mientras MacGregor es todo un caballero, sofisticado, elegante, que juega golf, disfruta de la buena vida y es todo menos aventurero.
Una historia de amor, acción y fantasía
El secreto para que una película se quede en la mente de la audiencia es que puedas llegar a más de un público. Las mujeres buscamos romance, los hombres quieren acción y los niños disfrutan de la fantasía, de ver seres míticos, super poderosos o simples humanos que logran grandes hazañas. Todo eso ofrece Jungle Cruise; y la mejor parte es que el balance es el adecuado.
A nuestros héroes se les unen el príncipe Joaquim (Jesse Plemons), un megalómano que también busca el árbol, y un grupo de antiguos conquistadores embrujados, forzados a quedarse cerca del río debido a una maldición que los ha transformado en criaturas terroríficas.
Y aunque podrías pensar “esto ya lo vi en algún lado”, pues ciertamente no plantean algo nuevo y recurren a recursos de otras franquicias exitosas, la mezcla de todos los elementos se siente fresca y ligera, algo que todos siempre buscamos cuando queremos pasarla bien.
¿El inicio de una saga?
Desde el rotundo éxito de la franquicia Piratas del Caribe, y tras la salida del actor Johnny Depp de la misma, Disney ha intentado replicar la fórmula y no sería una sorpresa que Jungle Cruise sea lo que estaban buscando.
El dúo Johnson-Blunt funciona demasiado bien como para no seguir explorando el futuro -y pasado- de los personajes. La historia que nos cuentan tiene corazón, deja que los personajes tengan la posibilidad de contar parte de su historia de origen, logrando la empatía suficiente para dejar al espectador con ganas de más.
El guión tiene componentes de romance, acción, humor y fantasía, sumado a los constantes guiños a la atracción en la que está basada y que sabrán apreciar quienes han vivido dicha experiencia. Estamos ante una cinta veraniega, que cumple satisfactoriamente en entretener y sacarte una que otra risa, que sabe explotar el encanto de sus protagonistas y deja un buen sabor de boca.
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