A pocos días de subir por última vez al escenario junto a Black Sabbath en Birmingham, Ozzy Osbourne demostró, una vez más, su habilidad para sorprender a sus fans con una jugada promocional tan excéntrica como efectiva.
En alianza con la marca de bebidas Liquid Death, Ozzy lanzó a la venta una edición ultra limitada de latas vacías de té helado, utilizadas previamente por él mismo. Cada lata, que aún conserva restos de su ADN en el borde, fue cuidadosamente sellada en un contenedor especializado y firmada de puño y letra por el legendario músico.
Solo 10 unidades estuvieron disponibles para los más fieles seguidores, al precio de 450 dólares cada una. Como era de esperarse, la curiosa colección se agotó en cuestión de horas.
Con el concierto de Birmingham completamente vendido, este peculiar lanzamiento se suma a la campaña previa al que será el último acto de Osbourne junto a la mítica banda. Incluso en su despedida, Ozzy sigue dejando claro que el espectáculo va mucho más allá del escenario.







