El universo cinematográfico de John Wick ha sufrido un tropiezo con el estreno de Ballerina, su primer spin-off protagonizado por Ana de Armas. Pese a las expectativas generadas y la conexión directa con la franquicia principal, la película no logró atraer al público esperado en su lanzamiento internacional, quedando por debajo de las proyecciones de taquilla y provocando pérdidas para Lionsgate.
La cinta, ambientada entre los eventos de John Wick: Capítulo 3 – Parabellum y Capítulo 4, sigue a una joven asesina entrenada en la misma escuela de ballet que se muestra en la tercera entrega. Aunque contaba con la participación de Keanu Reeves en un papel secundario y un elenco de alto perfil, incluyendo a Anjelica Huston e Ian McShane, el resultado financiero no correspondió al peso de los nombres implicados.
Según reportes internos, la inversión en Ballerina fue considerable, combinando un presupuesto de producción elevado con una fuerte campaña de marketing global. Sin embargo, la respuesta del público ha sido tibia, con críticas mixtas que señalan problemas de ritmo y una historia menos atractiva que la de las películas principales de la saga.
Para Lionsgate, este desempeño plantea dudas sobre el potencial de futuras expansiones del universo John Wick fuera de la narrativa de su protagonista principal. Aunque la franquicia sigue gozando de popularidad, el reto estará en encontrar fórmulas que mantengan el interés del público y justifiquen nuevas producciones derivadas.
Por ahora, Ballerina se perfila como una lección estratégica para el estudio, que deberá replantear su enfoque si quiere que los proyectos paralelos alcancen el éxito de taquilla que caracteriza a la saga original.